31/1/11

MAURICIO TRUJILLO Poeta y narrador oral de la nación del cacique CALARCA Poemas en 361 palabras

MAURICIO TRUJILLO Calarcá, Colombia.




Carátula del libro inédito  I  del poeta MAURICIO TRUJILLO 
por CESAR ALVARAN



MAURICIO TRUJILLO. Nació en Calarcá, Quindío. En los años 90s vivió en la ciudad de Manizales, donde lideró un importante movimiento poético y cultural, de la mano con Andrés Quintero, Carolina Urbano, John Jairo Suárez y Marco Elías Ospina. Los poetas Tóxicos.

Los poetas Tóxicos acumulaban "Besos regados de versos perversos" aparecieron de repente de a uno o en masa, sacando de su marasmo a la adormilada poesía caldense, que se empecinaba en repartir premios del heraldo público fabricando poetas condecorados con laminitas.

Y agitaron antorchas, regaron la ciudad de flores marchitas, participaron en performances, fueron al taller de poesía de Carlos Héctor Trejos, interrumpieron un coctel de notables poetas, donde estaba presente Otto Morales Benitez y sacaron con su desmedido talento para la ironía, su repertorio de poesía que no iba aparentemente contra nada pero que  avasallaba. Sobrevivieron a la organizada manera de destruirlo todo de las anónimos. Escribieron su Manifiesto Tóxico y no dejaron títere con cabeza.

En Calarcá Quindío, en una presentación de los representantes vivos del Nadaismo un imprudente tiró un tarro de aceite que pegó en la cabeza de una leyenda viva de la poesía Pablus Gallinazu  y alguien del público dijo sin dudarlo, seguramente eso fueron Los poetas Tóxicos.

Allí le reclamaron a Jotamario Arbeláez porque consideraban a Gonzalo Arango como un inocente traicionado por el consumo. Y es cierto que amaban a Gonzalo Arango pues muy a las 4:00 a.m. venían como una romería a proponer, vamos a tomar tinto, a fumar cigarrillo y a leer a Gonzalo como si fuera una novena. Escribieron de todo, contra todo. 

Recuerdo en una fiesta que bautizamos Tea de las Sombras allí en mi inquietud de editor, recogí poemas que dejaban tirados en el piso en medio del licor, la música, los abrazos de los amigos, los besos de sus amantes y las patadas de sus detractores, que también iban a visitarlos y a oir esos largos enfrentamientos de poetas que leían uno y otro poema nuevo sin detenerse.

Y después, seguramente Andrés Quintero destruiría todo, como lo hizo en una Carnicería en Calarcá donde ofrecieron poemas a precio de hueso carnudo y a la manera de subasta, pasaba por el hacha cada poema que los campesinos afirmaban que no se salvaba. Eran los días del Café con Verso que organizaba Julio  en Calarcá,  cuando los Angeles con la Cara sucia eran sensación y el ská era parte de su religión.

Lo que más caracterizó a los poetas Tóxicos fue su gusto por el arte como expresión efímera, si bien su obra fue reseñada por algunas revistas y su memoria se mantiene en la obra en marcha de todos, un día se reunieron y acabaron con el milagro, así como escribían desmesurada y hondamente, así como se desgarraban el pecho por la guerra, así como amaban como si el mundo se fuera a acabar al amanecer del próximo día, iban destruyendo paulatinamente su creación, convencidos de alguna manera de que si bien eran poetas, también aborrecían a los poetas y lo último que harían de ellos mismos es reconocer que lo eran.

Por ese motivo los Tóxicos se silenciaron y aunque en el eco de los bares y los rincones, dónde iban con  Andrés Román, haciendo sus actos de cuentería, acompañándose de los extraños relatos de Mauricio Trujillo, recordando de algún modo la gran capa roja que usaba Suárez retumban aún las columnas de la institución literaria, que es como una reunión de viejas comadres, dolida de la sinceridad de esos muchachos, que vivían con intensidad y desencanto.

En un estilo personal. Mauricio Trujillo deconstruye gramaticalmente el lenguaje, hace trizas las convenciones, los valores. La patria y la política es relatada en íntimas imágenes, y es esa singular manera de escribir lo que lo hace inconfundible, además de su forma personal de asumir la poesía, que como un ¡basta ya! dedica sus mejores líneas, por separado a la contemplación, la belleza, la ironía. Su poesía, es asombro e inteligencia, aún le recuerdan sus lectores de aquella bella época de Los poetas tóxicos.

En esta edición DES EN CRUENTOS Poemas ganadores del Concurso de poesía de las Casas de la Cultura de Santiago de Cali 2008 y un cuento memorable y callejero CACHIPORRO  de 1995.





DES
       EN                                      
CRUENTOS 
   
I

“Esperanza es la cosa con plumas
que se posa en el alma”.
E. Dickinson.


En la infancia tuve un pájaro
Que se arrancaba las plumas

Murió de frío

La jaula de soledad
Yo casi de tristeza

Hasta comprender al suicida
Retornando las plumas arrancadas de sus alas

¿Será que todo lo que canta y vuela se suicida?
¿Todo lo que huele a cielo se precipita a tierra?
¿Es este el límite?
¿Toda la esperanza?


                                                      

Allí está mi padre         a mitad del parque
Aparando la lluvia con su cuerpo todo
Con su habitual transparencia

Parece un río vertical          sembrado
Derramándose en la tierra

En torno suyo      colibríes contrabandean polen
De guayacán a guayacán

Parece un árbol en su cauce        fluyendo            hacia el sol

Parece el árbol del ahorcado
El árbol ave muerte
El árbol que se lleva el río
El árbol que contiene las aguas
Mi padre derramándose en ríos
Mi padre de la tierra como un árbol

Esta tarde       quedó sembrado para siempre en el parque




                 Mi padre a esta hora            debe estar peleando con mi fantasma
Igual peleo con el suyo
Algún día dejaremos ese par solos         que se maten
Y nos dejen descansar en paz



 ANA CRISTINA

  
Cuando salíamos a colectar moras
Pinchabas tus dedos con las espinas
El rojo en la lengua
En los dientes
Seguro era sangre agridulce

No pude besarte con fuerza

Restaba tenderse en esa cama
De hojas caídas del Yarumo
Susurrar tonadas para que abrieras el cielo de tus piernas
Mientras desgajaba tu piel joven

Se hizo demasiado tarde para el verano
Demasiado pronto
 Para que Abril soltara a picotear sus palomas  


No pude besarte con fuerza

Tus labios apretaban las espinas
Yo bebía el jugo agridulce de tu sangre



HARTURAS

 I 


Boca llena de palabras o tierra              la misma cosa
 Boca que no quiere ser palabra                   sólo música
Boca que a mordidas cava tumba en el planeta
 Boca repleta de comida
Y míseras vísceras renegando de hambre
Boca que se busca la lengua para extraerla
Boca mueca de sonrisa              sin cuerpo      volando en la alborada
Boca que se cierra y llora en silencio entre las otras bocas

MAURICIO TRUJILLO



UN CUENTO DE MAURICIO TRUJILLO

De muchos cuentos inéditos de Mauricio Trujillo  presentamos su cuento y personaje más recordado. CACHIPORRO. Lo oímos en los parques, en el biofilo, en la gotera, en el cable, en Chipre, en un viejo apartamento de estudiantes donde nos recibía un esqueleto disfrazado con boina y bufanda, parado en la sala en posición de oratoria. Lo aplaudieron los estudiantes, el ocho de junio, la gente en la calle, en las marchas, en los días de hablar fuerte ante los muros blancos. De este cuentero y poeta su memorable CACHIPORRO. Un cuento tomado de la Serie LA CRISIS textos escritos a mediados de los noventa que hacen memoria a varios personajes y al escenario, su lugar natal. Calarcá.




CACHIPORRO

Aguada del maestro ULISES GIRALDO



LA CRISIS

I

Chachiporro, qué personaje, avaro atesoraba versos regados de besos perversos, huy loco que sujeto tan loco, Cachiporro cantaba panfletos de viejas crisis y lo crítico del asunto es que la radio nos cuenta la misma historia: “Loco cómo nos llueve, cómo se nos cae la esperanza de las manos“. Cachiporro le decía a Nina, la novia: “Mira Nina, nuestra Love History canción 13 Ana y Jaime es imposible, son imposibles tus tetas al aire negro de los cuartos, tus tetas imaginarias temblando en estas palabras“, claro loco y como Nina era una niña bien y como niña bien tiene por requisito no entender nada, pues no entendía nada y se iba a llorar a moco tendido en el cuarto, huy loco que crisis tan tenaz.

Cachiporro era algo así como un árbol caído en el corazón, un derrumbe de naturaleza, comía como si nada, aunque más bien poco comía, cuando iba al baño revisaba la identificación que guardaba en el bolsillo y leía: CACHIPORRO QUE COME COMO SI NADA C.C. Kra. 17 # 18-35 10´ 875.579 07 04 71 MIDE METRO 77 A LAS 10:30 a.m.  y se miraba al espejo para darse cuenta que seguía siendo él como si nada, huy loco que crisis tan tenaz.

Loco, Cachiporro mataba cucarachas por toda la casa, atesoraba versos regados de besos perversos como si nada como enamorado prometiendo no llorar mientras marcaba   537579 tutututututututututututututututu tú, dónde estás?. Que crisis tan tenaz.

Cachiporro veía TV, cuantos canales loco casi todos con la Warner Bros y decía :” si ve loco lo que le digo el imperialismo el consumo que crisis tan tenaz” pero como yo no entendía nada me limitaba a decir: “huy loco, que sujeto tan loco”.

Nina estaba puta con Cachiporro, Nina tomaba té, café y roche para calmarse, buscaba las canciones que le ayudaran a mantener la crisis, cantaba un tal Pablo Rodríguez o Silvio Milanes, se imaginaba en otro nombre, se rebautizaba y se dedicaba: “Tu me desnudas con siete razones, si alguna vez me siento derrotado, rezando el credo, Yolanda, Yolanda, Yolanda”.

  Nina no acababa de entender, Nina era una niña bien, ya le dije, y como niña bien tenía como requisito no entender nada, nada del verso regado de besos perversos que Cachiporro había dejado escapar de sus manos.




NO ESTOY BUSCANDO RAZONES PARA SUICIDARME
LAS ESTOY BUSCANDO PARA NO HACERLO
TONTO PARECES UNA PELÍCULA DE WOODY ALLEN


Corazón regalemo caramelo
Cuando quieras frutar dedica el juego
An An An Abal Balad
Coraza de cazador cazada la imaginación
Revuela la trompín en boquita gris
Si si si An An An Abal Balad
Cuando para pararrayos el estímulo luminoso
Cae en cada cavidad Cadavid
Eco choca eco dos voces de vos
Doble escándalo silencio de vos
Quieren calar en la audición
Hueco que hace eco eco
Cavidad Cadavid profunda negra canción
An An An Abal Balad
An eco An An eco An An eco An
Abal eco Abal
Balad eco Balad
Si si si revuela la trompín en boquita gris
An An An Abal Balad eco de dos voces
Silencio total.




Qué estúpido, qué estúpido, qué estúpido decía Nina loco, mientras lloraba en una sola crisis de hipos, mocos y agüita por toda la pecera de su casa, qué crisis tan tenaz.

La noche que paso todo, normalitos estábamos en la esquina... “ péguelo, pues. Espere, espere que llegaron los tombos, huy loco, se la montaron a Cachiporro y ese man que es  el más caballo, si ve hermano yo le dije que este parche estaba muy poroso, menos mal que la tales estaba bien encaletada, que crisis tan tenaz”. Nina revisaba su cuerpo frente al espejo mientras se vestía, mientras se acomodaba la toalla, qué cólico tan verraco, que crisis tan tenaz. Nina tenía veinte años de ser la niña, Nina salía siempre con el hermano que era como si nada, que era salir a cuidarle las trabas y las borracheras.

“¿Entonces qué, todo bien? Todo bien, con otro verso regado de besos perversos pivotante en la cabeza. Otro qué?... huy loco qué sujeto tan loco, qué crisis tan tenaz”. Todos se reían, todos se burlaban, pero nadie entendía, a la final nadie entiende, qué crisis tan tenaz. “entonces qué, cuál es la ruta? Para donde las sucias? No loco, creo que preñe una hembra de esas”. Todos se burlaban, todos se reían, porque ahí si entendían. “que embalada la de este loco, que crisis tan tenaz. Entonces vamos a la fiesta de quince años de la Useche, la mano de niñas que van a ir loco, esa vieja tiene muchas amigas, las viejas feas tienen muchas amigas, si o qué?”.

Parecía que todo el pueblo se había ido para esa fiesta, Nina rubor en abundancia para cubrir el acné, Nina perfume caro en abundancia para cubrir el aroma de su sexo hinchado, “Nina, Cachiporro. Humm, maldito estúpido, no sabe sino escribir estupideces, An esto, An lo otro; An maldita sea, Abal qué querrá decir?, Balad maldito estúpido, como lo odio, como me duele aquí abajo en el sexo”. Qué crisis tan tenaz.

Cachiporro se tomaba un trago y sonreía en metáfora perfecta, hablaba como poseído por profetas, todos se burlaban, todos se reían, porque nadie entendía, porque nadie entiende, huy loco, qué sujeto tan loco, qué crisis tan tenaz. Nina, con endemoniados veinte años, se movía, se tongoneaba, se alzaba la falda, todos la miraban, todos la seguían, eso era lo que quería, iba y venía a Cachiporro. “Si ve estúpido que no me importa entenderlo, que no me importan esos versos regados de besos perversos, nada, ni amar”. Cachiporro se tomaba otro trago, sonreía en metáfora perfecta, se detenía justo en la entrepierna, justo en ese lunar que sólo conocían los padres de la niña, el hermano que la guindaba y él. Seguía ese movimiento con la sonrisa en metáfora perfecta, mientras un verso regado de besos perversos le hacia de puente a las ganas: “Esos pechos blancos llenos de diminutas pecas quieren ser libres/ saltan como si quisieran estar en libertad/ llaman para que alguien los auxilie...” Así alguien los auxilia... “huy, quien ese man que le quiere tocar las tetas a la Nina, que tiestazo le metió Cachiporro a esa pinta, pilas Cachiporro que ese man viene con un combo grande, llamen la policía, no contestan casi nunca lo hacen, que crisis tan tenaz...” Nina la niña se sube al balcón a ver pelear su macho... “ Pilas loco que ese man está mancado, dele loco con la correa, dele, corra loco, corra... Llegaron los tombos”. Nina la niña no entiende, nadie entiende. “Quién vio algo, quién fue?, se fue la ambulancia”. Nina la niña llora, huy loco que locura Cachiporro que comía como si nada y atesoraba versos regados de besos perversos, está tendido en el suelo con su   metro setentaysiete y tiene un verso regado de besos perversos manchado de sangre en el bolsillo de la camisa“padre nuestro que estás en los cielos, Niña la niña no entiende, santificado sea tu nombre, nadie entiende, que crisis tan tenaz, hágase tu voluntad, y todos se marchan como si nada loco, como enamorados, prometiendo no llorar, huy loco qué sujetos tan locos, que crisis tan tenaz”. 








Tinta del maestro ULISES GIRALDO




II

Nina no acaba de entender loco, Nina era una niña bien, no entiende por qué los manes tan jóvenes se estrellan a toda velocidad en el auto incontrolable de sus cuerpos, contra el muro, en la calle sin salida que es su vida, que crisis tan tenaz. Entonces suena el teléfono loco y Nina corre a contestar y dice –Aló, aló, Cachiporro? Tututututututu ¿tú, dónde estás? Que crisis tan tenaz. Nina aprieta la muñeca, esa la de pilas, la que llora si no le das chupo como Nina que lleva esa muñeca en los brazos y lleva contra sus pechos, como amamantándola, pidiendo que le extraiga toda la tristeza loco y entonces, llora loco, veinte años de llanto incontenible sin hipos, sin mocos, solo agüita y sal. Suena la canción esa que canta la calva bonita esa que dice NOTIN COMPAIRS TUYU NOTIN COMPAIRS TUYU CAUS NOTIN COMPAIRS TUYU y lloran loco, igualito, la calva bonita y Nina, es que de verdad loco que para Nina NOTIN COMPAIRS a Cachiporro. Suena de nuevo el teléfono y Nina en la bolsa de la melancolía contesta apurada –Aló, Cachiporro? Ah quiubo Mona- era La Mona, la machorra de la otra cuadra, la amiga de Nina, la que todo el mundo las involucra, pero nada loco, Nina no tenía cabeza sino para Cachiporro, aunque la Mona no tuviera cabeza sino para Nina – No mona no la monte, yo se que Cachiporro ya se murió, pero no me acostumbro, además no lo trate así… ¿Cuáles gusanos saliéndole de la nariz?, no Mona suerte hablamos después, sabe qué suerte. Y le cuelga loco, la quiere colgar, se quiere colgar y ahora si llora con hipos y mocos y las lagrimales como helechos en el balcón de sus ojos derramándose y se encuentra con el hermano adolescente en las escaleras, que le mira la cara y le dice – Deja de llorar boba loruda que ese man ya es muñeco comida de gusanos- mientras le pega un puño en el hombro y se derraman los mocos y la agüita y la sal y Nina ve en su casa una gran pecera en la que no puede respirar. Que crisis tan tenaz. El hermano de Nina sigue para el baño, mientras ella sube a su cuarto. Venga para acá mamita, déjese tocar las tetas- No Cachiporro aquí no que llegan mis papás- nadie se va a dar cuenta, qué importa que seamos hermanos, si quiere mañana no me vuelve hablar y listo- Ven mi amor, primero y único habitante de mi ser- Y entonces Nina le ve salir los gusanos a Cachiporro, mientras cubre su sexo húmedo con la muñeca tuerta, en tanto, el hermano sale masturbado y turbado por hacerse la paja por la hermana, y mejor se va a trabar con los amigos, que crisis tan tenaz.

Loco Nina mira su larga cabellera que flota en la pecera de su cuarto, llena de agüita sal mocos y muñecas colgando del techo y entonces dice – Cachiporro, Cachiporro, tú tú tú tú tú maldito dónde estás, que crisis tan tenaz. Entonces Nina sale al balcón, con Vangogh, el perro de la oreja caída que le había regalado Cachiporro y que ella nunca supo por qué se llamaba así, salía medio muerta, medio sonsa, toda pepa a ver como se moría la tarde, pero la tarde no le pasaba de los ojos, chocaba contra todos los versos regados de lagrimitas cursis que le brotaban de los helechos lagrimales que le colgaban de los ojos, y entonces lloraba, loco, veinte años de llanto incontenible hasta por los dedos que hacen de inútil dique, esos lagrimones llevan dentro el atardecer y la tarde se le derramó por el rostro de Nina como una mancha de gasolina en el asfalto mojado, todo se puso café loco, café la tarde, café los ojos de Nina, café la sangre seca en sus venas, café el corazón que se le encogió, café oscuro y todas las pepas de todos los colores que se tomó, que crisis tan tenaz. Entonces Nina la niña de los ojos de Papá, la que se quiere hasta la obsesión y la compulsión celosa, Nina el orgullo y esperanza de Mamá, la felicidad que se negó la abnegada madre esposa, Nina la adoración de la Mona, la coleccionista de muñecas, la madre adoptiva del perro Vangogh entró al cuarto y en su closet encontró la cuerda con la que daba cuerda a su imaginación de niña y entonces empezó a brincar Pin uno, Pin dos, Pin tres, Pin cuatro, Pin cinco, Pin seis, Pin siete, Pin… Ocho tijeretazos bastaron para que Nina se cortara toda la greña y con la punta de la tijera se extirpó un verso regado de lagrimitas cursis y fueron treinta y UNA las muñecas que colgaron de esa pecera llena de agüita sangre mocos y sal.

¿Quién la vio? Nadie, dicen que quedo muy fea, que se rapo la cabeza y se sacó un ojo antes de colgarse del techo, que crisis tan tenaz. ¡Dios te salve María dicen que estaba muy deprimida por la matada del novio el señor es contigo no nada si también tenía amores con La Mona la machorra de la otra cuadra bendita eres entre todas la mujeres dicen que tenía dos meses de embarazo y no era del novio bendito es el fruto de tu vientre santa María madre de dios ruega por nosotros miren como llora hasta el hermano pecadores y las muñecas que ya les consiguieron pilas ahora y en la hora de nuestra muerte y amén todos se marchan como si nada como enamorados, prometiendo no llorar, huy loco que sujetos tan locos que crisis tan tenaz.

 
Aguada del maestro ULISES GIRALDO




III


Sabe qué loco no acabo de entender, yo no soy niño bien, pero no acabo de entender, no entiendo por qué nos tocó este callejón sin salida de nuestras vidas, y nosotros a esta velocidad, sin saber manejar. Que crisis tan tenaz. Tampoco entiendo por qué todo la culpa fue del finado, dicen que no hay muerto malo, pero a este si le colgaron todas las culpas, a la Nina le encontraron unos versos regados de besos perversos escritos por Cachiporro entre los calzones.











Tinta del maestro Ulises Giraldo






CUATRO PROTOEMAS PARA DESENCANTAR A LA PECOSA

1

Alguien camino rengo gastando asfalto
Ves es solo otra fatua esperanza
Nadie más vendrá
A esta hora no se hacen visitas sino por obligación pesamentera
Así que no vengas con ese silencio pidiéndolo todo
No catapultes tus aromas en el ambiente ni me salpiques con tu miedo
Llévate lejos esa piel repleta de babas y perfumes desodorizantes
No te ofrezcas como un comestible
No te voy a tragar
Tienes mal empaque
Eres de untar
Tópica
Andas demasiada gastada
Y mi piel nazarena no soportaría una noche más
Frotada contra tus huesos.




2

Me dejas tirando piedrecitas a la medialuna de tus tetas
En esta noche pecosa si pudieras formular una pregunta
Que me perturbe la inteligencia
Ese conocimiento de infante que cargo
Te juro distraería el tedio
Pero de pozos y mares se hace el recuerdo
Donde reflejan otras lunas y otros pechos
Prefiero desperdiciar allí mis ultimas piedras
Quizá en una onda una ola que retorna vengan cabalgando
Las noches y los pechos que realmente necesito
No los tuyos.


3

No claves más tus ojos en mi piel
Mi cuerpo es nada pero te aseguro que el tuyo es menos
Por eso cuando me miras como un canido mojado y hambriento
No puedo ofrecerte una palabra cinsera
Un beso o una miserable caricia
El tiempo no mejorará las cosas entérate
Los segundos se te acumulan alrededor
Y te fabrican las murallas donde te exilio


4

Me cansaron tus coitos monorrítmicos
Tus lágrimas insobornables
Tus risas pregrabadas de comedía pobre norteamericana
Tus tetas casi en látex que manan complejos de culpa por ser tan chicas
Tus teorías del más fuerte
Tus constantes tics tics tics
Al quitarte la ropa
Y tu afán al vestirte y ordenarlo todo
Como si aquí no hubiese pasado nada
Todo cansa y fastidia
 Pero pese a todo
Muchas gracias.



Del cuento inédito LA CRISIS 1995
Si desea comunicarse con el autor escriba a topovidente@gmail.com


En esta edición Obra Gráfica de César Alvarán. Portada del libro inédito I
  • Tintas y Aguadas de Ulises Giraldo.
  • Lea en las recientes entradas, intervenciones poéticas sobre películas clásicas.  Poemas sobre películas de Federicio Fellini, Andrei Tarkovsky, Joseph Von Stemberg, Ingmar Bergman, Francoise Truffaut y Rainer W. Fassbinder.


contactos:

movielab_cdcine@hotmail.com  

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Sección zinética
Edición Marzo de 2012
 el gato naranja  - summa de poesía contemporánea
Fundada en 1992 Año 18 Número 2 Edición digital Febrero de 2011


el gato naranja es una publicación de MOVIELAB CDCINE 
Actualización Marzo de 2012




11/1/11

RAFAEL URREA - PAIS DE CINTAS ROJAS - el gato naranja - noticiero poético para américa latina - summa de poesía contemporánea








Portada. Obra gráfica de FERNANDO FERNANDEZ. Plumillas 2004 
                                                                                  Diseño de portada Jessica Zambrano.

PAIS DE CINTAS ROJAS

DE LA VIDA DEL AMOR Y DE LA MUERTE
Por Jaime Eduardo Jaramillo 
En un país de cintas rojas

Siempre, con mi mejor amigo,
voy a pasear para conocer la canción de la avenida.

Cuando los autos pronuncian su lenguaje de latas y carbón
una mujer rompe el paisaje y se acerca con su color anaranjado.

Verán ustedes.  

¡Mi profesión es la de agredir el lienzo
para que salga un poco de color!

No disfruto de la compañía  de fáciles paisajes azul cielo
me producen tanta tristeza que no la puedo disimular.

De todas maneras quiero llevarte al país lejano,
donde te mirarás a tu antiguo espejo,
quedarás atrapado en tu reloj.

Tengo un poco de color 
para regar en las paredes prohibidas
inventar que lidero una guerra inconclusa,
también ser tu amigo.

...rememos al país de las cintas rojas...

                               Rafael Urrea Soto




“País de cintas rojas”, de Rafael Urrea Soto, constituye un lancinante testimonio, dolorosamente bello –escrito con sangre, pero también con esperanza,- de una circunstancia colectiva en donde el crimen es oficio cotidiano; la injusticia, ocurrencia de todos los días; el miedo y la incertidumbre, circunstancias familiares. Las Furias, esta vez con rostro humano, se pasean a sus anchas, como seres vengadores y atrabilarios, para asolar sin misericordia un país sufrido y devastado.

Este texto, no es sólo una simple acumulación de poemas, sino que posee una estructura convincente, meditada. Se halla escrito con una dicción poética más decantada y madura, dotado de una estructura y un ritmo más personales que obras anteriores del autor. Se halla visitado por imágenes poéticas perdurables, para refigurar una tragedia colectiva que, a fuerza de repetirse cotidianamente, parece esfumarse en las imágenes instantáneas del noticiero televisivo, o en la penumbra del asustado comentario. El arte, la poesía, la palabra (¡siempre la palabra!), acuden para gestar una memoria necesaria que se enfrente a la impunidad y el olvido. Así, Rafael Urrea es capaz de crear belleza del horror. ¿No ha sido siempre éste uno de los cometidos del arte, testigo e intérprete de todos los excesos y desvaríos del ser humano?
La tragedia de las violencias colombianas, que como las cabezas de la hidra mitológica, parecen renovarse incesantemente, nos recuerdan el gran drama de Esquilo, La Orestiada. En esta estremecedora tragedia, Las Furias “sin rostro humano”, buscan desatar la destrucción en el país, “nunca hartas de la sangre de esta raza”. A cada nuevo crimen –escribía el gran trágico- afila el destino en la piedra de otro nuevo crimen”. Como en Colombia, como en País de cintas rojas es la muy antigua ley del Talión, “ojo por ojo, diente por diente.”

El cine y la poesía se constituyen en dos actividades artísticas esencialmente definitorias de nuestro autor. En País de cintas rojas,  estas dos pasiones del creador, que constituyen también dos formas de sensibilidad, percepción y recreación de la realidad, se presentan en forma complementaria e interfecundante. Poesía visual y auditiva, País de cintas rojas nos conduce en una áspera travesía por un infierno, ¡ay!, demasiado cercano y contemporáneo, en una geografía y una atmósfera ominosas, cenicientas, sombrías. Pobladas de seres moralmente contrahechos, de verdugos de sus hermanos, de malhechores orgullosos de sus tropelías sin nombre. De alguno de estos verdugos escribe el poeta, para que el lector, a su vez, pueda refigurar, como en un cine negro, estas descripciones líricas:

Y viene a la ciudad
donde el brillo de la calle
es un astro derrotado
un haz se percibe en el vidrio
la muerte ronda.”

El creador evoca imágenes vividas, citadinas, infaustas, por desgracia muy comunes en nuestro país, dese hace muchas décadas:

“Se va el cadáver por el río,
su nombre escapa a la memoria.”

Y como un presagio y una oscura confirmación de tantos atropellos, desórdenes e injusticias, otra vez en convincentes imágenes visuales, escribe:

“El ala de la mariposa se detiene
(…) Animales y plantas se mueven bajo una capa seca.”

Visiones, pero también ruidos, como en una secuencia cinematográfica, invaden algunas de estas páginas:

“Hay en las noches un sonido de llantas de carros
sobre el piso mojado, un río de aguasangre
se mueve como un reptil buscando salida.”

Pero Rafael Urrea, para continuar con las evocaciones de la mitología griega (que nos regala arquetipos perdurables, propios también para dar cuenta de nuestra vida contemporánea), no es Casandra. Su libro, es cierto, nos habla del espanto y el horror, de la violencia sin nombre, pero también aletea en él, la esperanza. Aparece en estas duras páginas, como no, la muerte, en muy diversas y horripilantes expresiones. Pero también entra en escena la vida, la testaruda, la empecinada vida. Como en el poema de Miguel Hernández, en este denso universo lírico nos golpena al unísono, las heridas de la muerte, del amor y de la vida. Así el poeta exclama:

“Cúrala, sana con amor a la muerte
préstale el más fino aroma
dale el hijo más tierno
la flor azul de la mañana.”

Siempre hay quienes se resisten a la indignidad, la violencia, la complicidad:

“Ya estamos cansados
algo se mueve al fondo
alrededor también.”

Los muertos, también pueden ser una fuente de inspiración para quienes los sobreviven, puede constituirse así, en semilla de vida. En este sentido, Rafael Urrea evoca a su coterráneo, al poeta y periodista Orlando Sierra. Vilmente asesinado por decir la verdad, sus verdades ineludibles y valientes, como lo hacían los vates antiguos, o los profetas bíblicos:

“Hoy en el país de la inconciencia
no te escucharán,
ni lo que digas
ni lo que pienses
(…) No te escucharán
No te hagas matar por eso.”

Pero también resisten los vivos, aquellos y aquellas que no quieren claudicar, ni hundirse en el silencio cómplice:

“La mujer es multitud, es lo único que nos queda
(…) La mujer es multitud
en sus manos crece la libertad.”

En épocas anteriores se abusó en Colombia y en todo el continente, de la poesía política, militante, “comprometida”. Con frecuencia la imagen era sustituida por el epíteto y el testimonio literario por el insulto. Muchas veces el relato de hechos escuetos, sustituyó la refiguración poética de la realidad. Estos excesos pudieron generar una reacción igualmente unilateral. Así, para poetas recientes la poesía no debe ocuparse de esas facetas sombrías del ser humano. Pero la violencia y el atropello, el genocidio y la mentira, han sido constantes del devenir de nuestra especie, como lo han sido, igualmente, la aspiración religiosa, o las distintas expresiones del amor. Angeles caídos, hombres y mujeres nos debatimos en el claroscuro de nuestra humana condición.

La palabra poética es por definición, omnicomprensiva. En este texto, el autor recrea una faceta triste y dolorida de nuestra patria, de nuestras gentes, sin incurrir en la manida poesía de pancarta, o en la consigna partidista. “País de cintas rojas” constituye un estremecedor testimonio lírico de una circunstancia funesta, de personajes aciagos y de sucesos siniestros que, por desgracia, han hecho parte y lo continúan haciendo, de nuestra vida cotidiana.


JAIME EDUARDO JARAMILLO Manizales, Caldas. Doctor en Sociologia y Ciencias de la Comunicación de la Universidad Complutense De Madrid. Profesor titular emérito, de la Universidad Nacional de Colombia. Ha sido Director del Departamento de Ciencias Humanas y e investigador del Centro de estudios sociales la Universidad Nacional de Colombia. Autor de Tipologías polares, sociedad tradicional y campesinado.1987 ESTADO, SOCIEDAD Y CAMPESINOS 1988 AMERICA LATINA MODERNIDAD Y POSMODERNIDAD 1996 Coautor de COLONIZACION COCA Y GUERRILLA 1989. CULTURA MEDIOS Y SOCIEDAD 1998  “CULTURA, IDENTIDADES Y SABERES FRONTERIZOS”: MEMORIAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL NUEVOS PARADIGMAS TRANSDISCIPLINARIOS EN LAS CIENCIAS HUMANAS.” Jaime Eduardo Jaramillo Jiménez (compilador) Otros autores: Juanita Barreto Gama, Ramiro Delgado Salazar, María Elvia Domínguez, Ángela María Estrada Mesa, Alberto G. Flórez Malagón, Andrés García Becerra, Alejandro Jaramillo Hoyos, Jaime Eduardo Jaramillo Jiménez, Myriam Jimeno, Martha López Castaño, Fabio López de la Roche, Fortunato Mallimacci, Jesús Martín-Barbero, Aurora Morcillo, Mauricio Pardo, Rebeca Puche Navarro, Jaime Ramos Arenas, Andrés Salcedo, Fabián Sanabria, Yalile Sánchez & Rita Laura Segato.  Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. 2005

Cultura, política y modernidad. Gabriel Restrepo, Jaime Eduardo Jaramillo & Luz Gabriela Arango (editores)Otros autores: Hans Ulrich Gumbrecht, Nelly Richard, Carlos Monsiváis, Margarita Garrido, Ute Seydel, Gabriel Restrepo, Santiago Restrepo, Zandra Pedraza Gómez, Arcadio Díaz Quiñones, Gilberto Loaiza Cano, María Cristina Rojas de Ferro, Myriam Jimeno, Jorge Iván Bonilla & María Eugenia García Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. 1998. UNIVERSIDAD POLITICA Y CULTURA – La rectoría de Gerardo Molina. 2007





PAIS DE CINTAS ROJAS


POEMAS DE 

RAFAEL URREA SOTO

 Una poética sobre la guerra. 


"Nad"  y  "E" en 16 mm.


                                         Para Nadie "El Tóxico"
                                         Para Juan Carlos Navarrete


Yo iba a buscar tu casa en la cima de la montaña blanca, 
eras aficionada a salir, a mirar hacia donde otros tienen miedo, 
esperaba  que la música cambiara las cosas 
y el músico se tragó a pedazos la guitarra.

Desde entonces a tu casa le llamo “Tráfico”, 
un lugar donde llegan las líneas invisibles, 
por el que pasan todos los hombres y nadie los vuelve a ver. 
¡Pido a los extraviados! ¡Saquen su lengua de una vez! 
quiero verles la marca que has dejado en sus palabras.

En la primera foto una escena de guerra, 
un niño saltaba sobre un sólo pie,  
pude ver su reflejo en las vitrinas.

La muchacha del barrio se fue con los paras, 
el día de su muerte, una flor violeta le creció entre las manos.

Y ellos esculcan el pasado confunden a la gente con sus armas, 
aquí, una escena de  muerte, 
los desplazados caminan sin saber dónde llegarán. 

El hospital arrastra sus gasas, 
puede atropellar al señor del abrigo negro, 
en la estación suena una triste tonada.

Boletín: 13 jóvenes entre los catorce y diez y nueve años, 
murieron ayer en una masacre perpetrada en una esquina 
del barrio señora María, la masacre no tiene culpables, 
sólo muertos…

A la par la esquina es un hueco lleno de mujeres que gritan 
“agua para mi cubo”, en la noche todo está medio dislocado,
 la gente  corre a esconderse.

Los solitarios gritan para adentro, se hacen señas con las manos 
untadas de barro, de tierra, de parafina, de gusanos, de frío, 
la ciudad es una orquesta desconectada.

Ven y mira, son viejas fotos que te dicen algunas mentiras, 
de la desaparición de alguno que ya ni siquiera pertenece a los recuerdos.

Todo huele como el armario de la abuela, 
un poco de alcanfor, una gota de agua florida en su mesa de noche.

Esta carta sabe al amor, tu piel siente como estalla el paisaje, 
suenan las selvas, los hombres apagan las cenizas, 
apareces entre el humo que arde en mis ojos.

Nombre: N.N.  Desconocido ¿Qué importa la foto del lugar donde le enterraron?

Mira, mi país ha inventado una Masacre 
en blanco y negro.


Del libro PAIS DE CINTAS ROJAS, RAFAEL URREA SOTO. Editorial el gato naranja, Publicaciones editorial Universidad de Caldas 2004



Tu cara de lluvia reciente

                                      
                                            "Lo que se queda quieto caerá,
                                             pero lo que se mueve permanecerá, 
                                             para siempre." 
                           
                                                         BASAVANA

Todo está quieto
no queda nada
todo en silencio
como se esperaba
el rostro muerto
la lluvia reciente.

Prefiero los muertos ajenos
de los nuestros muchos caen,

Hace tiempo o quizás ayer.

Se decía, ¡Alguien dijo! ¡Aún se dice!
Que "El pueblo unido
jamás será vencido."

Y los muertos
 ¡cárgatelos!




La mujer es multitud

Aquí el humo de los valles que desaparecen
aguijones de fuego caen sin cesar,
se cubren, se descubren.

Un halo de color brilla sobre las cabezas
de las pequeñas, las inocentes ríen,
también deben llorar.

Yo canto por las que entre la selva lloran.

Los ríos ven pasar procesiones de hombres
que llevan en la espalda su miseria.

¡La mujer es multitud!
es lo único que nos queda
las madres crían a los niños,
sus pechos secos.

Vienen a caminar por sus hijos perdidos
su lamento ya se conoce.

La mujer es multitud
en sus manos crece la libertad.




Y en este nuevo siglo


Vivir es estar de revuelta
resistiendo el embate de las balas,
el miedo nos gobierna.

Y hay quienes van a la guerra 
vuelven cargados de sonrisas 
las de los muertos, 
las de los cadáveres 
regados en extensos salones 
dhospitales e iglesias. 

En este nuevo siglo todo se revuelve, 
cabe en la moledora cualquier objeto o territorio. 

Armas invisibles hacen vomitar el ganado 
en los campos el arroz no crece.  


Crack, crack


Si camina como errado
atraviesa la avenida
vuelve al túnel

Ya no le oirán renegando 
porque llueve mucho. 

Se hace tarde  
el aire pesa
la música suena fuerte
no soporta la calle. 

¿Quien quiere salir?


  

Plumillas de Fernando Fernández


El cielo rojo de los campos quemados

Sobre un campo sin fin
acumulados como chatarra humeante
reposan los restos de los muertos.

Acumulados rostros de hierro
cansados y frágiles rostros
de los malechores.

¡Exterminadores del lustro!

Aquí gritan "el arte"
se agachan todos.

La mujer lanza fuego por la boca
el encantador de serpientes
serpentea en su avena de tanques de guerra.

El dictador con su boquita
aún untada del ponqué de la fiesta
celebra con un himno destemplado
cómo ha caído el último
en la boca de fuego.

Hoy voy a hacerlos notar 
a los asesinos de todos los días,
escapa como un ladronzuelo el poema.


No vendrán nunca más

Vinieron por los hombres,
después por los ancianos,
más tarde pasaron por las reses y las gallinas.

Volvieron por la cosecha de maiz
y algunas niñas para sus oficios.

Pasaron un sábado y se llevaron a las mujeres
mataron a algunas delante de sus niños, 
quemaron el rancho.

Y en dos han partido sus cráneos,
desorbitado sus ojos. 

Los restantes viajaron a las grandes ciudades,
en donde el hombre, hambre,
le da de comer tierra a los niños,
pega de zapato a los adolescentes.

Hombres y mujeres corren encendidos
regando su fuego entre la selva.

Cuando caen ya no queda nada de sus rostros. 
El otro día se abre cuando caen
como una garganta roja.


El gesto detenido

                    Para Nadie, el Tóxico.


Ya vienen con sus rostros mudos
los muchachos de la estampida
todos puestos en fila
como una colección de niños tristes
¿Y quién los ha matado?


Siempre vienen aquí 
señoras con un rostro amarillo
impreso en las fotografías 
a pesar de sus pies confundidos 
no les queda más que una ventanita abierta 
desde donde les gritarán:
¡Están confundidas en el fondo del cuadro!

Todos salieron un día a correr por las avenidas
con unas largas cintas rojas
que decían el gesto de un país


y  las cintas eran viento y el dolor era el viento que llamaba
-Cúrala, sana con amor a la muerte,
préstale el más fino aroma
la flor azul de la mañana.

Para que te confundas con la lluvia del lunes
lávate con la noticia matinal
recuerda que ya vienen los niños
a cobrar su parte.



Canción

Así como en el tiempo 
de los campos regados de flores
no entiendo
se va la voz y el trino 
el ala de la mariposa se detiene.

Y vas buscando una respuesta 
una respuesta al dolor que nos confunde.

Ya amanece en los cementerios vacíos,
no quedan enterradores 
ni madera de ataúdes.

Así como en el tiempo
de los campos regados de flores
no entiendo

Se va el cadáver por el río,
su nombre escapa a la memoria…

Y vas camino a casa
ya  no te quedan ganas.

¡Vive como el árbol que espera
a ser tu morada final!




Biografía de mercurio

Zona tórrida
señal uno:
Una tropa infinita lanza fuego

Señal dos:
Se reserva el estado de las víctimas.

Un hombre común canta frente a la tragedia:
Me extraña que existas
y  aún extermines así a mis hermanos.

Estoy  escribiendo la historia
de una tierra nueva,
Mercurio en zona tórrida
ya han desaparecido suficientes. 


Traigan el altavoz


(...) emencia. Por eso los otros, los silenciados por siempre, deben escuchar estos cantos y ver esas banderas que se alzan presurosas anunciando: Hay otro sol.

Los hongos radioactivos no son un invento nuevo y ya estamos cansados del apocalipsis. Han traído la mordaza, siempre la mordaza y la gasa negra en los ojos. Mientras tanto niños huérfanos lloran  en su largo viaje entre las estériles ciudades que no les dan sino su frío. La calle es una boca torcida que afila contra nosotros sus magníficos dientes. 

No nos quedan calles, entonces ¿qué hacemos? vamos a escondernos del alcanfor. Afuera la calle inundada de hombres cucaracha, mitad animal, mitad fósil. ¡Alisten sus antenas hermanos!  apenas comienza la quema de basura, levanta la voz, no los pierdas,  ojo cayó otro,  sabe a triste noche este atardecer, bien,  despídete  con un ...



La campana no cesa de sonar

El río de sangre crece hasta el cielo
el círculo está quieto
esas mariposas grises
no vuelan hacia nosotros
las tristezas quietas no se quedarán.

No se quedarán y seguirá el desfile
de rostros demacrados
y tú esperarás detrás de la cortina
desde donde acusas con rabia,
¡ Que pase el desfile del horror !

No va a pasar,
y entran en tu cabeza
como hierros encendidos
cada vez más campanas.

Es el día del eterno banquete
las larvas tienen lo suyo.

Ya  pasará
el sol,
vas a estar ahí
todavía,
esperando.


Abril otra vez

Adentro de las tabernas
los muchachos de menta
cantan una tonada feliz.

A los que ya murieron
¿quien escuchó su última palabra?
¿Quién la escuchó?

Anuncio a siete vientos:

Vamos a hacer sonar
esos astros feroces
que disparan a la frente
como si fueran las siete flautas
de pan.




La chaqueta de mi amigo

                               En memoria de  nuestro poeta, amigo 
                               y como el mismo se llamara
                                "Deprontosaurio": Juan Carlos Navarrete   
                                            
Esta es la historia del fusilado 
trae el aliento de sus últimas luchas.

Corre a la estación
ve a despedirlo
él se irá y no volverá.

Ve con tu rostro
recién lavado
mírate antes
a tu espejo cruel.

Recuerda
el final es consuelo de cobardes.

Y si eres un ángel, 
cuando mueras regresa,
pon la pólvora en orden.
Escapa.


Retrato del ciego


Me fugo sobre el dedo partido
cubierto de pétalos negros
cuento los cirios, salen moscas.

Un niño
dientes amarillos
mastica una flor púrpura.

Se mueven las palabras
se han roto los ojos

Y voy por el sendero
del pájaro de noche
la cabeza abierta en dos
y el sonido de la ciudad estallando los vidrios de los autos.

Rememos al país de las cintas rojas.



Entra la letra



Un hombre alargado
sale del fondo
de una boca.
      
La letra
se pinta de frente      
en el muro
de la verdad
donde son castigados
fusilados
los inocentes.      

Con tinta de muerte 
se escribe la historia    
en los muros blancos.  



Y fueron atraídos a las redes

Este es el mensaje que dejó el señor Mo 
al lado de las escamas del pescado en los días de subienda.

Aparecía una enantadora de hombres
entonando canciones que no conocimos 
en su bolsa de hilo llevaba los encantamientos 
su voz se mezclaba con el sonido del agua.

Cuando terminaba la subienda
los pescadores tocaban un ritmo triste 
recordando a los extraviados.

Aparecen en campos vacíos
los atraídos por estas frescas palabras 
a la mayoria de ellos les falta la lengua. 



Caen encendidos


Pueden decirse muchas cosas,
el amor, la muerte.

Cuantas veces te grito
asi se desangra mi hermano
Cuantas veces murmuro 
caen encendidos, caen encendidos.

Vas a decir, cuidado,
el aire es un habitante peligroso

la luz, más.

Se renueva, se renueva
y canta al ritmo de bombas y metrallas
se renueva, se renueva.



Una banda negra 
en primera página


El que reparte los períodicos

vocea en la calle:

No! Las noticias no puede gritarlas

son su reserva.


Es más fuerte que el último folletín de la noche.

Camina en silencio 
sabe que esas palabras
no vendrán nunca más.



El cuarto  


Las sábanas

el agua de vidrio, el viento frío.



Llegó la tarde con su sol encerrado

llegó el aliento y la piel

flotando sobre el aroma.

Los ojos se embriagaron, el metal de los días 
corrió líquido entre los dedos.

Bajaron de improviso minutos de muerte
el musgo de carne crecido en las heridas.


Cada cual se ahogó sin pensarlo
en el cuarto sobrante.




Dado 

Mientras gira ves a un niño sentado entre los puntos 
juega el niño con el hilo, con una granada.

Hay en las noches un sonido de llantas de carros
sobre el piso mojado, un río de agua sangre 
se mueve como un reptil buscando salida.

Señores. Digo ejemplo de la época fallida:
Todas.


Todavía cruzan los cielos motores incendiados

como hormigas corren entre el humo, el que
nubla los lugares donde se suponen los limites.


Cruza el niño quemado con napalm

el que perdió sus ojos

el que mira el horizonte
como sin mirar.

Cruza el niño del fúsil
y el caído también
y  todos ríen.


¡Hay un cielo rojo

que nos pertenece!


Biografía de Mercurio


Zona tórrida señal uno: Una tropa infinita lanza fuego 
Señal dos: Se reserva el estado de las victimas. 

Un hombre común canta frente a la tragedia: 
Me extraña que existas y aún extermines así a mis hermanos.

Estoy escribiendo la historia
de una tierra nueva.

Mercurio en zona tórrida 
ya han desaparecido suficientes.
  



Todas las noches

Se apagaron las lámparas  de mercurio

las mujeres corrían ataviadas con ropas negras,
eran hordas de llanto y queja como una fabrica 
de ojos cerrados que nunca duerme.

Se apagó el desfile militar

los aviones del norte también se apagaron
se interrumpieron las ondas hertzianas
-No está al otro lado-

Alto.


En silencio

escuchamos las detonaciones.

La ciudad se lamenta
de sus barrios en ruinas
después de la hora de las bombas.
Esta obra es larga para los temerarios
¿Cuánta pólvora hay?
¿Cómo envenenas la época?

No es tarde en los suburbios
ni en el centro, ni en el club
¿Qué vas a ver hoy?

Y los ciudadanos sin nombre
dejan su reflejo en las construcciones
de cristales y plásticos, y no escuchan
que todas las noches se renuevan
para degollar al que canta como un niño. 


Del libro PAIS DE CINTAS ROJAS.  RAFAEL URREA SOTO / EDITORIAL el gato naranja, Centro Editorial Universidad de Caldas. 2004

el gato naranja
noticiero poético para américa latina

Director:  Rafael Urrea Soto. Comité editorial: Jaime Eduardo Jaramillo, Víctor Gaviria, Mauricio Trujillo,  Andrés Quintero, Juan Diego Velásquez Romero, Jandey Marcel Solviyerte,  Carlos Calle ArchilaCarlos Mario Uribe,  Edgar GonzalezRaúl González, Héctor Jaime Carvajal, León Darío Gil, William Aguirre, Fernando Cuartas, Ulises Giraldo y Mario Armando Valencia. Participan desde Buenos Aries (Argentina)  el poeta Juan Gómez, desde La Paz Bolivia Carlos Idrobo, desde Nueva York Julio David Gonzalez y desde Sidney (Australia) Carlos Cuéllar. Agradecimiento especial en Nueva York a Gabriel Jaime Caro GAJAKA.


contactos:
hispanavista@gmail.com



Publicado por HISPANAVISTA 
el gato naranja - noticiero poético para américa latina 
Seccion zinética Edición Especial Septiembre de 2016



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