30/4/12

el gato naranja - noticiero poético para américa latina


GONZALO ARANGO. EL DE ANDES.
SOBRE EL LIBRO DE JUAN CARLOS VELEZ ESCOBAR




Presentamos algunos fragmentos del libro del investigador JUAN CARLOS VELEZ ESCOBAR su visión en GONZALO ARANGO, EL DE ANDES en la memoria perdida de sus días de adolescencia. El libro nos da nuevas luces para el reconocimiento de esos primeros momentos que influyeron en la obra del joven inquieto que se encontrara con Jaime Jaramillo Escobar X-504 bebiera del pensamiento de Fernando Gonzalez y se graduara poeta antes de llegar a Medellín, en las cascadas y los ríos cercanos y lejanos a esta tierra iluminada.


             Gonzalo Arango y Rosa Girasol
                                  Archivo personal Juan Carlos Vélez Escobar


"....Para el negro auténtico, puro, el baile no es un pasatiempo ni un deporte. Es simultáneamente religión y rebelión. En lo más secreto de sus intenciones inconscientes, de sus impulsos, es una mística, tiene el valor de una metafísica sin palabras para formular su inconformismo, su justicia. Opone a la lógica del opresor una lógica orgiástica, sangrienta, convulsionaria. / Esta noche han venido a este barcito bajo las estrellas a celebrar un rito religioso, no a divertirse en una reunión social al estilo "blanco". El blanco baila por aburrimiento o por inercia. Al azar. El negro baila por un imperativo interior de la carne, en él es una vocación, una fatalidad invencible. Y no importa si no tiene pareja del otro sexo. En ese caso bailan solos o entre sí. La pareja del sexo opuesto no es para el negro una necesidad erótica, o un requisito como lo es para el blanco. El negro puede prescindir del "otro". En eso se diferencia del blanco, para quien bailar es una "intimidad" entre dos, una complicidad de deseos, la justificación del acto danzario. No tiene el significado solitario y trascendente que tiene para el negro. Para éste se trata de su liberación, de un símbolo trágico, es un movimiento instintivo del espíritu que toca las fronteras de su destino negro como ser y como raza..."
                                                                   "Arcano amor a Cartagena"
                                                                                     Gonzalo Arango. 
                                                                                     En Prosas para leer en la silla eléctrica. 1970

"...Quizá Gaitán había sido arrojado del altar de mi familia como camarada del demonio, pues solo hasta ese viernes de 1948 oí por primera vez mencionar su nombre: habían asesinado a un caudillo en Bogotá. ¡Se llamaba Jorge Eliécer Gaitán! y la radio empezó a tronar los ecos fatídicos de una revolución tardía y frustrada cuyos himnos eran de muerte. La belleza de la revolución se revolcaba en el lodo de la demencia y el crimen: el aborto era bautizado por el diablo. Esa tarde, la revolución se resbaló y cayó en el infierno de la violencia, después supe porqué. Aquella tarde no lo comprendí. Mi padre nos encerró en un cuarto oscuro y nos rezó como siempre que había tormenta: "Aplaca señor tu ira, tu injusticia y tu rigor..." y también "Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la Tierra de la majestad de vuestra gloria..." Para mí esas oraciones eran el fin del mundo, el diluvio y la guerra. Yo rezaba y lloraba de espanto al mismo tiempo. Cuando después me gaitanicé, o sea me hice revolucionario y ya no rezaba de miedo a los relámpagos ni al granizo, comprendí que el drama de aquel viernes de dolores no era solo el de un líder sacrificado, sino el drama de millones de hombres, el drama de todo el continente suramericano..."
                                                                                                  Gonzalo Arango
                                                                                                 Gaitán, en Obra negra. 



"Mi hombre ("Cochise") llega al fin. Se para al frente sin mirarme .Como no dice nada me levanto y le doy la mano. El se escarba con la uña una tirita de carne que le quedó entre los dientes. Sigue sin decir nada, como a mil kilómetros de distancia, este campeón parece difícil de entrevistar. Su tontería o falta de hospitalidad me desaniman bárbaramente. Mientras se presta al diálogo lo observo: un tipo alto, mide un metro con ochenta, pesa 75 kilos , buen mozo, de aspecto ingenuo pero viril. Viste un bluyín azul,  camisa bicolor, irradia el esplendor propio del éxito y la buena salud. Nada enturbia su mirada ni su frente: ni el pensamiento ni una nube de tristeza .  Acaba de cumplir 26 años. Nacio el 14 de abril de 1942 en Guayabal , el barrio de los tejares de Medellín. ese debió ser un barrio muy pobre en su tiempo, sin agua, sin luz, sin alcantarilla, un vivero mortífero de plagas. Los campeones suelen nacer en esos barrios proletarios , con muchas mangas, mucho barro, muchas penas, mucha miseria dentro y alrededor."

                                                                                           
                                                                         "Cochise a vuelo de tequila"
                                                                                            Gonzalo Arango
                                                                                            Reportajes 
                                                                                            Universidad de Antioquia. Medellín 1993.





GONZALO ARANGO ENTRE 1971-1976
Andes, Antioquia 1931 - Vía Sopó, Cundinamarca 1976

"En 1971  viaja a San Andrés como invitado especial y jurado de un festival de canción protesta. Allí, rodeado de jóvenes admiradores, ve por primera vez a Angelita (Angela Hickin), joven venida de Inglaterra a Colombia, luego de haber recorrido algunos países como polizón en varios barcos  comerciales. La joven que en ese momento contaba con 20 años deambulaba sola, por las calles de la isla, con su guitarra en bandolera y de vez en cuando tocando y cantando una de sus canciones, a cambio de comida o alguna moneda.

Existen versiones muy encontradas en cuanto a la manera en que se conocieron Angelita y Gonzalo Arango. Retomando la mencionada mitología nadaista, se ha llegado a afirmar que la chica ya estaba "encarretada" con Pablus Gallinazo, y que Gonzalo Arango, haciendo uso de sus grandes dotes de seductor, practicamente la bajó de la hamaca donde se amaba con Pablus (...)

(...) En 1972 publica "Providencia"..." Un librito de revelaciones y evoluciones..."  como él mismo lo definiría. Su lenguaje se descubre en las primeras palabras del libro.

"Providencia no es palabra que cierra / es palabra que abre lo que encierra / lo que libera / es pala que hunde hondo la semilla en la tierra / del subfondo nacerá el mundo / que salvará del destierro a los condenados de la tierra".

Continúa sus recorridos por el pais en compañía de Angelita. En estos viajes entraba en profundos contactos con la naturaleza y fueron ellos, la compañía de Angelita, su propia y profunda espiritualidad y algunos "viajes" con alucinógenos, tal vez, los que lo introdujeron en una especie de misticismo.

Desde su lugar de residencia al que llamaba el "El Monasterio" en Bogotá, continua escribiendo cartas a su hermana misionera Amparito, al obispo Gerardo Valencia "El obispo rojo" a su amigo Antonio Osorio, al maestro Jorge Marín Vieco y a muchos otros personajes de la vida pública nacional y de algunos países de América Latina.

En 1974 le autoriza a Jotamario la publicación de una compilación de "Sexo y Saxofón" y "Prosas para leer en la silla eléctrica", además de algunos textos principalmente poemas, bajo el título Obra Negra, editada por Carlos Lolhé, en Argentina. (...)
                                                            
                              JUAN CARLOS VELEZ ESCOBAR.
                              GONZALO ARANGO, EL DE ANDES.
                               Fragmento



Juan Carlos Vélez Escobar 
(Andes, Antioquia, 1964) Apasionado investigador de la vida y obra de Gonzalo Arango. Heredó de la familia del poeta nadaista, parte de  su memoria  y  objetos personales  del  autor, como reconocimiento  por  su interés en estimular la memoria sobre su vida y obra. En 1993  facilitó y lideró el retorno de los restos del Profeta a  su tierra  natal Andes,  en el suroeste antioqueño, Colombia. "Kale"  como se le conoce,   ha publicado:
Pubenza  Restrepo de Hoyos, limo  y  estrellas  (recopilación  con Lucía Hoyos, 2000) 
Gonzalo  Arango,  pensamiento   vivo  ( compilación  y   edición,  2000 ) 
Después del hombre  (transcripción  y  texto  introductorio,  2002) 
Gonzalo  Arango,  de  Andes  a  Tocancipá  ( 2003 )
Revista Centenario Liceo  Juan  de  Dios Uribe  ( edición,  2005 )  
Gonzalo  Arango  el  de  Andes (2009).





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noticiero poético para américa latina

Director:  Rafael Urrea Soto. Con un comité editorial y asesor conformado por: Mauricio Trujillo,  Andrés Quintero, Víctor Gaviria, Juan Diego Velásquez Romero,  Carlos Calle Archila,  Jaime Eduardo Jaramillo, Carlos Mario Uribe,  Edgar Gonzalez, , Raúl González, John Henry Orozco, Héctor Jaime Carvajal, León Darío Gil, Fernando Cuartas, Ulises Giraldo y Mario Armando Valencia. Participan desde Buenos Aries (Argentina)  el poeta Juan Gómez, desde La Paz Bolivia Carlos Idrobo y desde Sidney (Australia) Carlos Cuéllar.

contactos:
movielab_cdcine@hotmail.com  

Publicado por PRENSAMOVIELAB / Encuéntrenos en Twítter como ZINETICA

Sección zinética
Edición  Abril - Mayo de 2012


 

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2012


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el gato naranja
summa de poesía contemporánea

Del profeta Nadaista 
GONZALO ARANGO


Elegía a “Desquite”


                    Gonzalo Arango

Sí, nada más que una rosa, pero de sangre. Y bien roja como a él le gustaba: roja, liberal y asesina. Porque él era un malhechor, un poeta de la muerte. Hacía del crimen una de las más bellas artes. Mataba, se desquitaba, lo mataron. Se llamaba “Desquite”. De tanto huir había olvidado su verdadero nombre. O de tanto matar había terminado por odiarlo.
Lo mataron porque era un bandido y tenía que morir. Merecía morir sin duda, pero no más que los bandidos del poder.

Al ver en los diarios su cadáver acribillado, uno descubría en su rostro cierta decencia, una autenticidad, la del perfecto bandido: flaco, nervioso, alucinado, un místico del terror. O sea, la dignidad de un bandolero que no quería ser sino eso: bandolero. Pero lo era con toda el alma, con toda la ferocidad de su alma enigmática, de su satanismo devastador.

Con un ideal, esa fuerza tenebrosa invertida en el crimen, se habría podido encarnar en un líder al estilo Bolívar, Zapata, o Fidel Castro.

Sin ningún ideal, no pudo ser sino un asesino que mataba por matar. Pero este bandido tenía cara de no serlo. Quiero decir, había un hálito de pulcritud en su cadáver, de limpieza. No dudo que tal vez bajo otro cielo que no fuera el siniestro cielo de su patria, este bandolero habría podido ser un misionero, o un auténtico revolucionario.

Siempre me pareció trágico el destino de ciertos hombres que equivocaron su camino, que perdieron la posibilidad de dirigir la Historia, o su propio Destino.

“Desquite” era uno de esos: era uno de los colombianos que más valía: 160 mil pesos. Otros no se venden tan caro, se entregan por un voto. “Desquite” no se vendió. Lo que valía lo pagaron después de muerto, al delator. Esa fiera no cabía en ninguna jaula. Su odio era irracional, ateo, fiero, y como una fiera tenía que morir: acorralado.

Aún después de muerto, los soldados temieron acercársele por miedo a su fantasma. Su leyenda roja lo había hecho temible, invencible.

No me interesa la versión que de este hombre dieron los comandos militares. Lo que me interesa de él es la imagen que hay detrás del espejo, la que yacía oculta en el fondo oscuro y enigmático de su biología.

¿Quién era en verdad?

Su filosofía, por llamarla así, eran la violencia y la muerte. Me habría gustado preguntarle en qué escuela se la enseñaron. El habría dicho: Yo no tuve escuela, la aprendí en la violencia, a los 17 años. Allá hice mis primeras letras, mejor dicho, mis primeras armas.

Con razón... Se había hecho guerrillero siendo casi un niño. No para matar sino para que no lo mataran, para defender su derecho a vivir, que, en su tiempo, era la única causa que quedaba por defender en Colombia: la vida.

En adelante, este hombre, o mejor, este niño, no tendrá más ley que el asesinato. Su patria, su gobierno, lo despojan, lo vuelven asesino, le dan una sicología de asesino. Seguirá matando hasta el fin porque es lo único que sabe: matar para vivir (no vivir para matar). Sólo le enseñaron esta lección amarga y mortal, y la hará una filosofía aplicable a todos los actos de su existencia. El terror ha devenido su naturaleza, y todos sabemos que no es fácil luchar contra el Destino. El crimen fue su conocimiento, en adelante sólo podrá pensar en términos de sangre.

Yo, un poeta, en las mismas circunstancias de opresión, miseria, miedo y persecución, también habría sido bandolero. Creo que hoy me llamaría “General Exterminio”.

Por eso le hago esta elegía a “Desquite”, porque con las mismas posibilidades que yo tuve, él se habría podido llamar Gonzalo Arango, y ser un poeta con la dignidad que confiere Rimbaud a la poesía: la mano que maneja la pluma vale tanto como la que conduce el arado. Pero la vida es a veces asesina.

¿Estoy contento de que lo hayan matado?
Sí.
Y también estoy muy triste.

Porque vivió la vida que no merecía, porque vivió muriendo, errante y aterrado, despreciándolo todo y despreciándose a sí mismo, pues no hay crimen más grande que el desprecio a uno mismo.
Dentro de su extraña y delictiva filosofía, este hombre no reconocía más culpa, ni más remordimiento que el de dejarse matar por su enemigo: toda la sociedad.

¿Tendrá alguna relación con él aquello de que la libertad es el terror?

Un poco sí. Pero, ¿era culpable realmente? Sí, porque era libre de elegir el asesinato y lo eligió. Pero también era inocente en la medida en que el asesinato lo eligió a él.

Por eso, en uno de los ocho agujeros que abalearon el cuerpo del bandido, deposito mi rosa de sangre. Uno de esos disparos mató a un inocente que no tuvo la posibilidad de serlo. Los otros siete mataron al asesino que fue.

¿Qué le dirá a Dios este bandido?
Nada que Dios no sepa: que los hombres no matan porque nacieron asesinos, sino que son asesinos porque la sociedad en que nacieron les negó el derecho a ser hombres.

Menos mal que Desquite no irá al Infierno, pues él ya pagó sus culpas en el infierno sin esperanzas de su patria.

Pero tampoco irá al Cielo porque su ideal de salvación fue inhumano, y descargó sus odios eligiendo las víctimas entre inocentes.

Entonces, ¿adónde irá Desquite?

Pues a la tierra que manchó con su sangre y la de sus víctimas. La tierra, que no es vengativa, lo cubrirá de cieno, silencio y olvido.

Los campesinos y los pájaros podrán ahora dormir sin zozobra. El hombre que erraba por las montañas como un condenado, ya no existe.

Los soldados que lo mataron en cumplimiento del deber le capturaron su arma en cuya culata se leía una inscripción grabada con filo de puñal. Sólo decía: “Esta es mi vida”.
Nunca la vida fue tan mortal para un hombre.


Yo pregunto sobre su tumba cavada en la montaña: ¿no habrá manera de que Colombia, en vez de matar a sus hijos, los haga dignos de vivir?

Si Colombia no puede responder a esta pregunta, entonces profetizo una desgracia: Desquite resucitará, y la tierra se volverá a regar de sangre, dolor y lágrimas.

Gonzalo Arango



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Director:  Rafael Urrea Soto. Comité editorial: Mauricio Trujillo,  Andrés Quintero, Víctor Gaviria, Juan Diego Velásquez Romero,  Carlos Calle Archila,  Jaime Eduardo Jaramillo, Carlos Mario Uribe,  Edgar Gonzalez, , Raúl González, John Henry Orozco, Héctor Jaime Carvajal, León Darío Gil, Fernando Cuartas, Ulises Giraldo y Mario Armando Valencia. Participan desde Buenos Aries (Argentina)  el poeta Juan Gómez, desde La Paz Bolivia Carlos Idrobo y desde Sidney (Australia) Carlos Cuéllar.

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Edición  Abril - Mayo de 2012


 

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2012

14/4/12

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EN AZUL MARINO

Poemas de DIANA RAMIREZ
y obra gráfica de MARCELA DIAZ

                                                                                                        Obra gráfica Marcela Díaz 

EN AZUL MARINO es la selección de poemas, que DIANA RAMIREZ ha llamado introspecciones. Y bien que lo son. A pesar del escenario donde se contradicen las formas, su voz se torna esencial y comprometida.  Presentamos esta obra poética acompañada por la obra gráfica reciente de MARCELA DIAZ, Estudiante de Artes Plásticas de la Academia Superior de Artes de Bogotá, ASAB. Colombia.

                                                                     Obra gráfica Marcela Díaz 


1.               AZUL PROFUNDO
        (La invitación)

  
El viento llega hasta la colina, en su murmullo pide que lo siga y
no hay nada ni nadie que lo detenga...
Serían las seis de la tarde, cuando la cálida lluvia desprende la inquietud de comenzar el viaje.
Son 8 caminos los que cruza el viento, todos conducen al mismo espacio, el mar, un aliciente de sal para limpiar heridas, para purgar el alma y dar un giro más. 


La tarde cálida disfruta la lluvia y yo mojo mis labios con lo que probablemente será el fin del agua dulce.  


Paso 1


Como gota de agua                                                                                                                                
Resbala por mi seno                                                                                                                              
La semilla de la manzana.                                                                                                                      

        

 Paso 2
                                                                                                                                                                                                                                                                                                         
¡Tiempo!
maldito sea tu inexplicable juego del tic - tac
regresa mi pasado...
Aquel pasado
donde la niña soñaba con ser grande

¡Que crueles son los deseos!
¡Que maldito engaño los juegos
de infancia...!

Ya no quiero ver más por estos ojos
no sentir esta tormenta de odio y desilusión.

La guerra no se gana en la miseria
y  de luchar contra ella
ya me he convertido en una miseria más.

¡Tiempo!
Te reclamo...
maldito sea tu inexplicable juego del tic – tac.


                                                                                           Obra gráfica Marcela Díaz 




2.               AZUL REY
           (La igualdad)




La zozobra de los árboles indica el afán de poblar con hojas la tierra...
Una mujer, que se hundía a la sombra, señala el horizonte hecho de redes y piedras. En su memoria reclama  justicia, el alto precio que la condujo a torpes combates llenos de esperanza, teñidos de miedo. Soy la insignia sangrienta, habito en las raíces pero mi amo aún no llega, lo esperamos, lo esperamos, lo esperamos...   


 Paso 3


Con la carne abierta
 y la lluvia en mi,
desprendo el grito
más profundo del alma:
El Dolor.


                                                                                                         Obra gráfica Marcela Díaz 


3.               AZUL CIAN
            (La pureza)


Segundos pasaron para brotar de aquel lugar la curiosidad púber de una joven vestida de esplendor, la rodean de 2 tigres y el viento la agita para formar el ojo cíclope. El  claro paisaje confunde el tiempo para dar marcha a una serie de signos escritos en la arena. Una voz elástica indica cuál camino seguir...      


Paso 4

  
En nueve días,  mis manos fueron un deseo
comencé a rastrear las líneas de mi piel
hasta llegar a los sitios jamás adivinados
gotas de agua fueron mis dedos
puntos de estrellas mis uñas,
y con otras manos,  con otros riesgos
borré la ceguera de mi sangre.

Ahora,  es tan mágico,  tan bello
que de sólo pensarlo,  se apropia el temor
de no saberlo, de no educarlo
de no cumplir mi deseo.



Paso 5

  
Requiero la noche
más confiable.

Es tarde y el silencio se
escapa de nuevo con
los gatos...

Nunca imagine el color
del insomnio
pero ahora pido más
que una silueta, más
que una esperanza
para encontrar un punto firme.

Supongo la ayuda de
Arquímedes, de algún
filósofo o hechicero
para transportar mi pensar
de este lugar a otro

Fuera del ruido
en donde pueda ser:
Por falsedad diverso,
por deseo inmóvil.



Paso 6


No quiero desvanecer ante ti,
tan sólo quiero plasmar
la desnudez de nuestras almas...

La belleza de la luna desmorona,
cae a prisa...
Mientras los pétalos del amor
dibujan una máscara.

El olor a tristeza recuerda
que todo es pasajero
va y viene dejando en su
camino un corazón con aire de
desgracia.

Las palabras sobran, amor mío,
cual frágil es el deseo de estar
junto a ti...

Recorrer nuestros cuerpos se
convierte en una cruzada y el
anhelo, sigue presente desde que
te conocí.

  

Paso 7


Existe una línea que separa
el blanco del negro.

Existe un líquido que separa
el cuerpo del alma.


                                                                                    Obra gráfica Marcela Díaz 




4.               AZUL ELECTRICO
           (El sonido)



En aquel momento descendía el asombro sin modular palabras; ni el cielo, ni la montaña...sólo el mar lanz un bramido...
Los truenos no sólo anuncian la lluvia, forman portales para el paso adecuado, del cual no me debo arrepentir. Del otro lado, el cabello se enreda como animales de caza, busca descifrar su ira, se mezcla en la sombra  y mis labios recuerdan el sabor de la torpeza.          



Paso 8



El olor de tu piel  no me abandona
como fiel compañero
me persigue a todas partes

Esta atento a mi soledad
al temor de escuchar que en un segundo
puedes ya no estar conmigo

Pero te aferras a mis dudas...

y creo en ti,  amor mío.



Paso 9


¡Pensamiento!

Los libros no explican
el lenguaje de la vida...
  
                                                                                    Obra gráfica Marcela Díaz 


5. AZUL HIELO
(El frío)


Ha transcurrido...no sé cuanto tiempo, del instante en el que aquel bramido rodó por todas las conciencias. Los viejos escudriñan su osamenta, mientras las plañideras estiran las arrugas de infinidad de trajes.
El blanco se resbala en las montañas, tiene un propósito, dormir  el viento en cajas de cristal antes de sepultar las caras.


Paso 10

El remordimiento no tiene espacio cuando las culpas no tienen adonde ir...
cada piedra se convierte en rosario, cada flor en esperanza y el viento... vacía delirios al amanecer.

Las ideas forjan ecos sórdidos, almas miserables que están en marcha y la marcha no da pie atrás.

La profundidad se pierde en el camino y la respiración comienza su vigilia...

Allí, el viento cruza los sueños y ni las promesas, ni los sortilegios, abogaran
el resultado de las siembras.

Y la compasión...hay de aquellos que se sacrifican en llanto por alguna de las desgracias...



Paso 11

Me veo obligada
en concebir
otra soledad.

Sean cuales sean
los argumentos
manifiesto mi
imperfección.

Concibo una soledad
como me plazca
separada del
valor y su geometría
de lo verdadero e imposible.


                                                                                    Obra gráfica Marcela Díaz 




6. AZUL CELESTE
(El vuelo)



Lo más próximo a un ángel  es ver  el cielo enlazado en mariposas, todas buscan la quietud, un pequeño lugar para mutar sus alas...
Llega un punto donde la piel se convierte en carga, nos asfixia, nos aprisiona y mata. Sin temor, me convierto en viento y el viento me lleva a olvidar la lástima.



Paso 12
  
Dos años han pasado
y el aliento cálido
ya es costumbre.

Extraño todo y a la vez nada
pero la nada se dibuja en
siete colores en forma de arco.

¿Cuándo tensara sus cuerdas?




Paso 13 

En
sábanas
de
fe
el
ícono
cae
de
prisa.

caes
por
líneas
curvas.



Paso 14

Aleteando
cruzan como pájaros
mis pensamientos.

                                                                    Obra gráfica Marcela Díaz




7. AZUL CREPUSCULO
(El atardecer)

Cierro los ojos y corro hacia el mar, los caminos se unifican en un punto brillante. 
Lo tenía en mis manos... era un sol...
Soplo las nubes para dar paso a las estrellas, ha dejado de llover
y el recuerdo se deshace en flores violetas.  


Paso 15


La tarde ha desvanecido
en medio de grises y relámpagos.

Ha dejado otro día...

¡Ha muerto para mí!
sólo su recuerdo me acompañara mañana.

La nostalgia de amanecer
y no poder desvanecer como esa tarde
será el alimento
que llevo en mi pecho
como embrión por abrir.




Paso 16


Hay una ruta a tu lado salvaje,
inicia por tus mejillas, se
desvía hacia tus labios y
de inmediato, tocar la piel
abre el apetito.

La palabra conjugar se
encarna en las miradas...

La curiosidad se vuelve húmeda y
detalla nuestro instinto:
el instinto de ser tú el cazador
el instinto de ser yo la presa.



Paso 17

Algo me atormenta y no es
la noche...
se arrastra de rabia hasta
tender sus alas bajo las pupilas.

Salta de una esquina a otra...

La fatiga se despierta
Y por azar  comprendo que
se deshace a prisa.

La prisa juega malas pasadas...

Y el resultado,
un aire de abandono,
en medio de la noche,
cuando la mariposa
busca salida.



                                                                                    Obra gráfica Marcela Díaz 


8. AZUL DESIERTO
 (La soledad)



¿Es este el paraíso? un lugar tan pequeño y oscuro donde las alas de un ángel no pueden entrar? El sueño, encarna realidades tan ajenas al hombre que, cuando despierta, lo han tragado. Hoy nadie siente el vacío.


Paso 18


En instantes, mi realidad es palabra que fluye en otras bocas,
cuadrado en rotación con la repetitiva pregunta del ¿qué debo hacer? descosiéndose en el intento para parir un fantasma entre multitudes de trapos, cuerdas y manivelas del eterno retorno a la existencia.

Lo irreal... en esta cabeza llena de ausencia se torna difícil distinguir entre un pasado vivido y unas cuantas sombras que huyen del amanecer, lo casi real es saber que no me hallo entre los espejos, las miradas, el aliento, el casi aliento de una respiración que se corta por segundos y da un grito para despertar...


Paso 19

No vayas a dormir hay mucho por recorrer...
No te acerques demasiado a los bosques hay seres que encantan…
No pierdas la razón ni la esperanza pero,  por si acaso escribe la dirección de vuelta con agua lluvia en tu mano...
No te apoyes de los ecos, suelen estallar en montañas
frente a un coro de pájaros formados en acantilados te estaré esperando y cuidare de ti. Para apartar los preocupados sueños que trae la espesa noche dejando solo el color del sol y un sonido tribal para el regreso….



                                                                                    Obra gráfica Marcela Díaz 



Diana Carolina Ramírez Forero Nació en Cali, Colombia, Estudió Filosofía y Letras en La Facultad de arte y humanidades de la Universidad de Caldas, actualmente estudia Psicología,  la primera selección con su poemas Pieles en cajitas Chinas, apareció en la edición summa de poesía contemporánea el gato naranja en 1997 Presentamos su selección inédita En azul marino 2011.




el gato naranja  
noticiero poético para américa latina
Director:  Rafael Urrea Soto. Comité editorial: Mauricio Trujillo,  Andrés Quintero, Víctor Gaviria, Juan Diego Velásquez Romero,  Carlos Calle Archila,  Jaime Eduardo Jaramillo, Carlos Mario Uribe,  Edgar Gonzalez, , Raúl González, John Henry Orozco, Héctor Jaime Carvajal, León Darío Gil, Fernando Cuartas, Ulises Giraldo y Mario Armando Valencia. Participan desde Buenos Aries (Argentina)  el poeta Juan Gómez, desde La Paz Bolivia Carlos Idrobo y desde Sidney (Australia) Carlos Cuéllar.

contactos:
movielab_cdcine@hotmail.com  

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Sección zinética
Edición Marzo - Abril de 2012


 

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2012

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