24/5/16

el gato naranja literatura poética zinetica critica

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-FASSBINDER REVISITADO-

LA DIFICIL TERNURA, LA VIDA PROVOCADA.
POR LUIS ALBERTO ALVAREZ

Lili Marleen 1980


Presentamos un fragmento del evocador ensayo LA DIFICIL TERNURA sobre RAINER WERNER FASSBINDER escrito por Luis Alberto Alvarez en el Periódico El Colombiano y compilado en el Tomo 1 del libro Páginas de Cine.



RAINER WERNER FASSBINDER
Bad Wörishofen (Baviera) el 31 de mayo de 1945 y murió en Múnich el 10 de junio de 1982



RAINER WERNER FASSBINDER

La difícil ternura


Por LUIS ALBERTO ALVAREZ

Le digo que estoy mortalmente cansado
de representar lo humano sin tomar parte de lo humano.
Thomas Mann, Tokio Kröger,
citado en los créditos finales de Cuidado con una santa prostituta,
de Rainer Werner Fassbinder, 1970

Ante el gran público reunido para la entrega de los premios Oscares del año pasado, el entertainer Johnny Carson lanzó de pronto una exclamación que dejó desconcertados a muchos: “El mayor ganador de dinero de este año fue… “¡Columbia!”. La gente se miró extrañada durante la pausa artística que Carson hizo seguir a su afirmación, antes de explicar a qué se estaba refiriendo: “No Columbia Pictures naturalmente…¡estoy hablando de Colombia, el país  sudamericano…!”.  La gente se rió porque había entendido muy bien el chiste. Cualquiera creería que, inesperadamente, una película colombiana había obtenido éxito arrollador en los mercados americanos… Pero Carson no estaba hablando de productos cinematográficos, sino de una industria mucho más desarrollada, la del Columbian Sniff, que en Hollywood ha encontrado la más grande resonancia y que no hace mucho cobro allí su víctima más importante, en la persona del actor John Belushi, de 33 años. Este había dicho poco antes: “Es mejor quemarse de una vez, que ir consumiéndose poco a poco”.


Faustrecht der Freiheit, 1974 - La ley del más fuerte 1974

Rainer Werner Fassbinder, tres años mayor que Belushi, había dicho algo semejante refiriéndose a su próxima película. “Se trata de una persona que está en capacidad de elegir libremente si acepta o no vivir con la droga, con la más clara conciencia de que si se decide a aceptarla, su vida será más corta, pero también más intensa.
El día de Corpus de este año, la montajista Juliane Lorenz encontró, en su común apartamento, el cuerpo sin vida de Fassbinder, realizador de cine alemán, el más prolífico  de los directores de nuestra época ( y probablemente de la historia del cine). Los médicos indicaron como causa del deceso el uso en proporciones mortales de cocaína y barbitúricos. Al pie del cadáver estaba el guión en elaboración de una película. Parecía como si Fassbinder se hubiera quedado dormido mientras trabajaba. No hay duda de que pretendía seguir viviendo.



Berlinalexanderplatz Serie de  cine para televisión 1980


La vida provocada

En 1979, Fassbinder vino al Festival de Cartagena, donde se proyectó su película Desesperación. Un viaje hacia la luz.  Es marzo y el alemán tiene tras de sí la filmación del personalísimo episodio en la película colectiva Alemania en otoño.  Un mes antes ha estrenado en el Festival de Berlín El matrimonio de María Braun, que va a convertirse muy pronto en éxito internacional avasallador. Además ha concluido las dos películas más personales, difíciles y terribles de su carrera: En un año con trece lunas y La tercera generación. Es el momento del descenso al infierno. Está escribiendo, a marchas forzadas, el guión de la serie televisiva Berlínalexanderplatz, catorce horas de cine concebidas, escritas y realizadas en un tiempo impresionantemente breve.


El mercader de las cuatro estaciones 1971


Fassbinder viene a Cartagena, no en busca de “Columbia”, sino de “Colombia”. Por aquellos días su consumo del polvo blanco alcanza el precio de 10.000 dólares mensuales, según le informa quien le estaba muy cerca. Por su parte el director suizo Daniel Schmid quien comparte con Fassbinder un apartamento en Paris, cuenta un año más tarde, también en Cartagena, que el trabajo en Alexanderplatz, se está haciendo de modo mecánico y desganado, sin el gusto de los proyectos de antes. Con todo, el resultado de la serie, pese a irregularidades y a  problemas que causan fuertes polémicas, alcanza momentos de maravillosa inspiración. Michaell Ballhaus, su director de fotografía durante quince películas y nueve años, confirma que en los últimos años la atmósfera de antes ha ido desapareciendo gradualmente y que los amigos de siempre están cada vez menos dispuestos a aguantarse a Fassbinder. Todavía es muy difícil establecer un balance estético del que resultó ser el último periodo de la vida de Fassbinder. Por una parte encontramos en él películas como Lili Marleen, francamente insulsa y decepcionantes en más de un sentido. Por otra hay réquiems terribles, intrincados, parcialmente sublimes, como Trece lunas y La tercera generación. Pero estas son, al mismo tiempo obras cerradas e inaccesibles, neuróticas, casi insoportables. Y también tenemos cosas como El matrimonio de María Braun, que son una síntesis entre lo personal y la apertura de un sistema standard de producción, declaradamente comercial y con miras a mercados internacionales amplios. En todo caso creo que puede afirmarse que el índice general de creatividad disminuye notablemente, mientras que, paradójicamente, parece que el director comenzara, por primera vez, a sentirse infantilmente cómodo en el papel de genio. Declaraciones como la concedida a L”Express de París, dejan bastante desconcertado: “Quisiera ser para el cine lo que Shakespeare es para el teatro, Marx para la política y Freud para la psicología; alguien después de cuya existencia ya nada es como era antes”.

Fassbinder, quien fue siempre una persona de difíciles relaciones y fidelidades, llegó en estos años a las crisis más fuertes con sus amigos y colaboradores de siempre. Sus planes para el futuro incluían proyectos que uno no acierta a imaginar en manos suyas, como la vida de Rosa Luxemburg, con Jane Fonda, algo como para Warren Beatty o para el cine soviético hagiográfico. Por lo que se refiere a su última película. Querelle, hay una historia sucia. La obra de Jean Genet era la base del proyecto favorito de Warner Schroeter, amigo de Fassbinder por muchos años. Schroeter no había podido llevarlo a cabo porque la comisión de ayuda federal lo había rechazado y su productor no tenía todo el dinero para hacer solo la película. Entonces Fassbinder se ofreció a poner lo que faltaba, a condición de que él, y no Schroeter, la dirigiera. Como si fuera una de sus propias películas, Fassbinder se sirvió del dinero para traicionar a un amigo. Es también en esta última época cuando Fassbinder comienza a ser descubierto por la distribución y exhibición de comerciales. Un fenómeno diciente sobre las instituciones que son capaces de comprender las cosas sólo cuando han bajado de nivel, cuando se están deslizando gradualmente hacia la insignificancia. 



El mercader de las cuatro estaciones 1971


El Fassbinder que distribuye Cineco es Lili MarleenMaría Braun podría parecer demasiado fina e incomprensible. El Fassbinder que ha llegado a las taquillas es como un libro de Selecciones o como una sinfonía de Mozart arreglada por Waldo de Los Ríos. A lo mejor Querelle se convierta en una especie de Saló. ¿Quién sabe como habrá terminado siendo, esta última película?... Puede ser un testamento terrible y cruel, la última carta de uno de los directores más originales de nuestra época o, quien sabe, a lo mejor la prueba de que Fassbinder, a los 36 años y después de 42 películas, había comenzado a no tener más que decir.
En muy pocos años Rainer Werner Fassbinder creó una serie de obras apasionantes y novedosas, películas que nos permiten parar por encima de cosas como Lili Marleen y hacer caso omiso de que sean del mismo autor. Un actor alemán nos habla de su propia experiencia con la cocaína: “Uno piensa que está maravilloso ante la cámara, que cada mirada es correcta, que cada gesto es preciso. Pero la verdad es otra. Todo esto tiene lugar solo en la cabeza. En realidad, el rostro se vuelve como de piedra, ya nada sale como debiera. Es aterrador”. Rainer Werner Fassbinder, al parecer, había comenzado a vivir un fenómeno similar. Su cine estaba principiando a volverse de piedra, en el momento en que él mismo comenzaba a sentirse contento en su papel de director de éxito. Hubo un proyecto que se anunció varias veces pero que nunca llegó a realizarse: la intérprete iba a ser Romy Schneider (con quien Fassbinder había soñado para María Braun) y estaba basado en una novela que en los cocainómanos años veinte fue algo así como un objeto de culto: Cocaína del periodista italiano Pitigrilli. Fassbinder se bajó del escenario antes de poder dedicarle una película a esa dama engañosa, a esa droga que le hacía creer cosas que no eran ciertas y que terminó matándolo.

Querelle 1982

Durante muchos años la vida de Fassbinder fue intensa, salida de sus cauces. Pero era siempre “su vida”. La otra fue la “vida provocada” como la llama de Gottfried Benn. Ahora no faltará quien mitifique esta muerte (aunque la figura rechoncha, burda y fáunica en Fassbinder no se preste a estilizaciones). Pero ella pudo no haber ocurrido. Fassbinder tenía suficiente energía, suficiente inteligencia para seguir haciendo cosas importantes y maravillosas. Siete proyectos estaba preparando cuando murió y podrían haber sido muchos más, no importa que entre ellos hubieran varias Lili Marleen. En febrero lo vi en Berlín respondiendo preguntas. Una espectadora, aterrada con el pesimismo de La nostalgia de Verónica Voss, prácticamente le preguntaba por qué no se había suicidado. La respuesta de Fassbinder fue: “Pienso que, pese a las cosas terribles y a las peores experiencias que uno pueda vivir, es preferible estar aquí, que no estar”.

Fuente: Páginas de cine 1. Editorial Universidad de Antioquia 2005



el gato naranja
noticiero poético para américa latina

Director:  Rafael Urrea Soto. Comité editorial: Jaime Eduardo Jaramillo, Víctor Gaviria, Mauricio Trujillo,  Andrés Quintero, Juan Diego Velásquez Romero, Jandey Marcel Solviyerte,  Carlos Calle ArchilaCarlos Mario Uribe,  Edgar GonzalezRaúl González, Héctor Jaime Carvajal, León Darío Gil, Fernando Cuartas, Ulises Giraldo , William Aguirre y Mario Armando Valencia. Participan desde Buenos Aries (Argentina)  el poeta Juan Gómez, desde La Paz Bolivia Carlos Idrobo, desde Nueva York Julio David Gonzalez y desde Sidney (Australia) Carlos Cuéllar.

Mayo 24 de 2016 
Conmemorando dos decadas 
sin LUIS ALBERTO ALVAREZ 

 

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